Crear arte como expresión de amor, dolor, angustia o cualquier cosa que tenga que ver con el amor romántico no es nada nuevo. De hecho, se podría decir con seguridad que el amor ha sido la inspiración de muchas obras de arte a lo largo del tiempo.
El arte literario, como la poesía, es obvio. El arte visual, como “Gay Bobbies” de Banksy, es un tributo moderno y provocativo al amor. Canciones de amor, obras de teatro, películas e incluso arte portátil como la famosa pulsera “Love” de Cartier, que sólo se puede quitar con una herramienta especial, representan sentimientos intensos del creador al espectador y, con suerte, a la musa o al destinatario.
Las noches de vino y lienzo se han convertido en una forma popular para que parejas y amigos pasen tiempo de calidad juntos, uniéndose a través de una actividad compartida y, por supuesto, vino si deciden beberlo. No hace mucho tiempo, no era raro que quienes tenían una primera o tercera cita incluso asistieran juntos a una clase de cocina o participaran en algún tipo de actividad artística.
El amor y el arte en todas sus formas han ido de la mano durante siglos. No es de extrañar que todavía exista una festividad dedicada a la celebración del amor en los tiempos modernos a pesar de sus orígenes algo macabros en el siglo V.
Y no sorprende que cuanto más evolucionaron el mundo y las religiones occidentales para acomodar las emociones y los sentimientos en sus enseñanzas y tradiciones, fuese más probable que los artistas incorporaran inspiraciones personales en sus obras.
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